Como alternativas se plantea reasignar gastos o mecanismo de devolución del impuesto.
Sin apoyo, incluso de expertos cercanos a su sector, la centroderecha, se quedó la idea del economista y exministro de Economía y de Obras Públicas Juan Andrés Fontaine de subir en un punto el IVA para financiar las mejoras a la Pensión Garantizada Universal (PGU).
En entrevista con “El Mercurio”, Fontaine señaló: “Si se requiere algo más rápido, por ejemplo para la PGU, está el IVA. Creo que el aumento de la PGU puede perfectamente encararse con un punto más de IVA”.
Alejandro Alarcón, economista y docente de la FEN de la U. de Chile, discrepó de la idea. “No estoy de acuerdo con un aumento del IVA. Este es el impuesto más regresivo que existe, o sea, lo pagan más los pobres que la gente con más recursos. Esto genera un aumento de precios, sobre todo de alimentos muy populares, afectando a la gente más pobre”, advierte.
De todos modos, Alarcón precisa que si se quisiera explorar un aumento del gravamen al consumo, debiera existir “un mecanismo que le devolviera el IVA a los más pobres”.
Tomás Flores, economista sénior de LyD y exsubsecretario de Economía durante el período en que Fontaine fue titular de la cartera, plantea que “el 0,7% del PIB que cuesta el alza de la PGU debe explorar diversas alternativas de financiamiento, en donde la reasignación de gastos debe ser agotada antes de subir nuevamente los impuestos”.
El economista y consultor Luis Eduardo Escobar criticó al exministro. “Como buen conservador, Fontaine propone financiar el aumento de la PGU subiendo el IVA. Alguien se preguntará por qué siempre proponen subir el IVA en vez de los impuestos sobre los ingresos de los que más ganan. Precisamente porque el IVA no afecta a los altos ingresos y no molesta tanto como pagar impuesto a la renta”. Agrega que “no es cierto que no importa de dónde vengan los impuestos, porque el gasto, según Fontaine, se destina prioritariamente a los sectores de bajos ingresos. Él sabe perfectamente bien que en Chile la combinación impuesto y gasto público no es muy progresiva como señala. La distribución del ingreso medida por el Gini mejora apenas un punto entre la situación antes y después de impuestos y gasto público, mientras que en Europa, que menciona varias veces, mejora 10 puntos o más. La diferencia la explican los impuestos a las personas de altos ingresos”.
En entrevista con “El Mercurio”, Fontaine señaló: “Si se requiere algo más rápido, por ejemplo para la PGU, está el IVA. Creo que el aumento de la PGU puede perfectamente encararse con un punto más de IVA”.
Alejandro Alarcón, economista y docente de la FEN de la U. de Chile, discrepó de la idea. “No estoy de acuerdo con un aumento del IVA. Este es el impuesto más regresivo que existe, o sea, lo pagan más los pobres que la gente con más recursos. Esto genera un aumento de precios, sobre todo de alimentos muy populares, afectando a la gente más pobre”, advierte.
De todos modos, Alarcón precisa que si se quisiera explorar un aumento del gravamen al consumo, debiera existir “un mecanismo que le devolviera el IVA a los más pobres”.
Tomás Flores, economista sénior de LyD y exsubsecretario de Economía durante el período en que Fontaine fue titular de la cartera, plantea que “el 0,7% del PIB que cuesta el alza de la PGU debe explorar diversas alternativas de financiamiento, en donde la reasignación de gastos debe ser agotada antes de subir nuevamente los impuestos”.
El economista y consultor Luis Eduardo Escobar criticó al exministro. “Como buen conservador, Fontaine propone financiar el aumento de la PGU subiendo el IVA. Alguien se preguntará por qué siempre proponen subir el IVA en vez de los impuestos sobre los ingresos de los que más ganan. Precisamente porque el IVA no afecta a los altos ingresos y no molesta tanto como pagar impuesto a la renta”. Agrega que “no es cierto que no importa de dónde vengan los impuestos, porque el gasto, según Fontaine, se destina prioritariamente a los sectores de bajos ingresos. Él sabe perfectamente bien que en Chile la combinación impuesto y gasto público no es muy progresiva como señala. La distribución del ingreso medida por el Gini mejora apenas un punto entre la situación antes y después de impuestos y gasto público, mientras que en Europa, que menciona varias veces, mejora 10 puntos o más. La diferencia la explican los impuestos a las personas de altos ingresos”.